Con esta gran pregunta existencial de mi hijo de tres años en la cola de embarque del avión hacía Pisa, comenzaba nuestro periplo por la Toscana italiana, esta vez toda la familia de Mapani (mi marido, mis hijos de 3 años y 15 meses y yo),con dos amigos más que le echaron valor al asunto, viajar con peques es diferente y decidieron apuntarse con nosotros. La pregunta de mi hijo no nos sorprendió, porque su mente infantil estaba llena de trolls, gigantes, torres...por el cuento que le escribí antes de hacer el viaje para despertar su interés por la Toscana, aquí os lo dejo por si viajáis con peques "El gigante que torció la Torre de Pisa".
Tomamos el vuelo de Ryanair Sevilla-Pisa. Ultimamente nunca gastamos nada en facturar equipaje, si queréis saber como nos organizamos con las maletas, niños y demás aquí os dejo mi entrada sobre el tema ¿Cómo viajar en avión con dos niños pequeños sin cobro por facturar?.
Llegamos a medio día al aeropuerto Galileo Galei de Pisa, este aeropuerto se llama así en honor a este estudioso que nació en la ciudad en el floreciente Renacimiento. Teníamos pensado pasar la tarde en la ciudad, pernoctar en ella y al día siguiente alquilar un coche para conocer La Toscana por nuestra cuenta durante tres días más. El hotel lo teníamos reservado justo al lado de la Torre de Pisa, sabíamos que íbamos a llegar cansados del viaje y que la ciudad tenía poco que ver salvo el recinto de la Torre y poco más; así que decidimos estar justo al lado de lo visitable. Por ello no alquilamos coche hasta el día siguiente, así nos ahorrábamos un día de alquiler y el parking del coche en la ciudad.
-El aeropuerto está cerca del centro de la ciudad, pero como teníamos mucho equipaje ya que viajábamos con las sillas del coche (al día siguiente las íbamos a necesitar para viajar con los niños en el coche y decidimos llevarlas de casa ya que alquilarlas aumentaba mucho el precio del alquiler), reservamos un transfer, Airports Taxi Transfers, que nos llevó del aeropuerto al hotel de forma privada por 37 euros (6 personas con su equipaje). Nada más salir de la terminal un conductor con traje y corbata nos esperaba con su Mercedes de 9 plazas para llevarnos al hotel. Durante el trayecto nos reímos porque nos habían recogido como a señores.
-Otra opción para viajar a la ciudad desde el aeropuerto es tomar el bus urbano LAM ROSSA, que cuesta 1,20 euros, hace varias paradas y una de ellas en las inmediaciones de la Torre de Pisa.
-La empresa Terravisión está instaurada en el aeropuerto y tiene buses que llevan a Florencia en hora y media desde 5 euros. Esta opción también es interesante. En el aeropuerto de Sevilla mientras hacíamos cola para el embarque había personal de Terravisión vendiendo pasajes de los buses.
-Conectada con el aeropuerto por una pasarela cubierta de 40 metros está la estación de tren del aeropuerto de Pisa, donde se pueden tomar trenes a la estación de Pisa Central (tarda 5 minutos y cuesta más o menos como el bus urbano), a Florencia o a Lucca. Nosotros en este viaje no teníamos previsto ir a Florencia porque pensamos que esta ciudad por sí sola merece una visita más pausada, así que, vistas las buenas conexiones que hay desde este aeropuerto a la ciudad, dentro algún tiempo tenemos en planes volar de nuevo a este aeropuerto y desde allí visitar Florencia.
-Coche de alquiler. Nosotros siempre solemos alquilar coche en ealquilerdecoches.com, que ahora se llama rentalcars.com. Había leído en foros que a veces en Italia las empresas de alquiler te la intentan jugar cuando llegas al mostrador a recoger tu coche tras haber reservado previamente online, te intentan colar algún seguro de más o inventarse alguna historia para que pagues más. Por ese motivo alquilé con rentalcars, son mayoristas que trabajan con muchas empresas de alquiler, tienen su sede en Manchester, los puedes llamar de forma gratuita para informarte de todo y eso me daba más tranquilidad. Pues bien, como bien había leído al llegar al mostrador tuvimos problemas. Como os he contado, no alquilamos el coche hasta el día siguiente de llegar a Pisa, mi marido junto con un amigo son los que se acercaron al aeropuerto a recoger el coche, mientras yo con los peques esperaba en el hotel a que ellos volviesen y nos recogiesen ya con nuestro coche de alquiler. Aquí tengo que decir que en el hotel se portaron muy bien, ellos tenía un servicio de recogida del aeropuerto y al contarles en la recepción para que necesitábamos ir al aeropuerto (simplemente para recoger el coche de alquiler sin equipaje ni nada) acercaron al aeropuerto a ambos por tan solo 10 euros. Una vez allí mi marido me tuvo que llamar dos veces por problemas, porque yo era la que había hecho la reserva con rentalcars y sabía todos los detalles. El primer problema fue que habíamos contratado con rentalcars la devolución de la franquica por daños y al llegar le dijeron a mi marido que esa franquicia no servía, que tenía que contratarla directamente con ellos, aumentando de esta forma más de 150 euros el alquiler del coche, mi marido me llamó a mi, yo llamé a rentalcars y el agente que me atendió me pidió el teléfono de mi marido para llamarlo y así poder él hablar con la chica del mostrador que estaba poniendo las pegas; y milagrosamente al decirle mi marido a la chica que tenía al teléfono al agente de rentalcars para hablar con ella, la chica se acordó de que esa franquicia sí servía y que no hacía falta el otro seguro. Mi marido con un cabreo considerable fue a recoger el coche ya con su llave, habíamos especificado tanto en la reserva, como a la chica del mostrador, que queríamos un coche de 7 plazas, no uno de 5 con asientos abatibles que se convierten en 7 plazas, y cuando recogió el coche era uno de 5+2, otra vez mi marido tuvo que ir al mostrador y debía llevar tal cara que la chica nada más empezó a hablar le cambió el coche. Nos dieron un coche nuevo, con 20km, de 9 plazas, mi hijo al referirse a él decía "el autobús" ("mami cuando nos vamos a subir al autobús" je je je). Nos costó el coche de alquiler de 7 plazas durante tres días 263 euros, ya incluida la devolución de la franquicia por daños.
Como os he contado, llegamos pasado medio día al aeropuerto y desde allí nso fuimos en un tranfer privado contratado previamente online a nuestro alojamiento. El hotel elegido por su ubicación, al lado del Campo de los Milagros, fue el Hotel Pisa Tower, uno de los mejores puntuados de la ciudad en Trypadvisor. Nos costó 114 euros la habitación triple+cuna con desayuno incluido. Era un hotel pequeño, situado en una típica Villa Toscana, muy limpio y con un personal amabilísimo (trataron con mucho cariño a nuestros hijos y nos facilitaron mucho temas de calentar biberones, ayudar en el desayuno de los peques...).
Y como os digo lo mejor la ubicación, en esta foto observareis la distancia del hotel a la muralla y puerta de entrada a la Plaza donde está la Torre de Pisa.
Esta es la foto desde la ventana de nuestra habitación, donde se podía ver relativamente cerca la Torre de Pisa, ¡Qué vistas!
Pisa fue una ciudad muy importante durante la Edad Media, la poderosa flota pisana dominaba el Mediterráneo occidental, esto daba fortaleza a su comercio, sobre todo en el s XII, donde toda esta riqueza quedó reflejada en la construcción de los edificios que hoy día le dan importancia mundialmente (Torre de Pisa, Duomo, Baptisterio y Campo Santo). Todos estos edificios medievales están ubicados intramuros, en un recinto amurallado conocido como Piazza dei Miracoli ("Plaza de los Milagros"), nombre que le dio el poeta italiano Gabriele d´Annunzio quien en 1910 en una de sus novelas describió la plaza con esta frase "El Ardea rotó sobre el cielo de Cristo, sobre el prado de los milagros", en muchas guías aparece la zona nombrada como Campo dei Miracoli, pero este nombre no es correcto, el Campo dei Miracoli es el que aparece en el cuento Pinocho. Esta plaza es uno de los principales centros de arte medieval del mundo. Debido a las guerras primero con Génova, posteriormente con Florencia y el encenagamiento de su puerto hicieron que Pisa entrara en declive en los siglos sucesivos; de ahí que su zona más monumental sea medieval y el resto de la ciudad comparada con sus vecinas italianas no merezca tanto la pena.
A mi esta zona me dejó maravillada, no ya solamente por encontrarme delante de un monumento que mil veces había visto en libros, películas..., sino porque no había visto nunca edificios medievales románicos tan elaborados, vistosos y detallados. Las iglesias románicas de nuestro país, que por cierto me encantan, no se parecían en casi nada al románico que tenía ante mi allí en la Plaza de los Milagros, en mi imaginación al contemplar estos edificios aparecían personas de la época vestidas con bonitos colores, refinamiento y gusto por el arte; que no es lo mismo que me evoca la sencillez y austeridad de un edificio románico español.
En la web opapisa.it podéis mirar el precio de las entradas para visitar lo que más os interese, se venden entradas combinadas para los distintos edificios de la plaza. Nosotros como lo que más nos hubiese divertido era subir a la torre, pero no se admite el paso a los menores de 8 años, no pudimos hacerlo y decidimos no entrar a ninguno de los edificios y contemplarlos desde el exterior.
Nosotros dejamos las maletas en el hotel, montamos a los peques en el carro y nos dirigimos a la Piazza dei Miracoli. Al atravesar por una puerta la muralla entras en el enorme recinto que no tiene ningún aspecto de plaza, es una explanada de hierba donde están todos los monumentos. El Duomo o Catedral de María Asunta sería el elemento principal que encontramos, ejemplo del románico pisano. En muchas catedrales italianas encontramos dos elementos que no se construyen junta a ellas, sino que se edifican en las inmediaciones, son el campanario o campanil y la capilla bautismal o baptisterio. En la siguiente foto podéis observar todos los elementos de la plaza, el Duomo, la Torre de Pisa al fondo, el campo santo o cementerio (arcada de piedra a la izquierda de la foto) y reflejado por el sol en la fachada del Duomo se encuentra la silueta del baptisterio.
En este caso el campanario ha brillado con luz propia y se ha hecho más famoso que la propia catedral. Sí, la Torre de Pisa es el campanario de la Catedral de Pisa. Empezó a edificarse en 1173 sobre un poco estable suelo de limo y empezó a inclinarse antes de completarse la tercera planta en 1274, aunque los cimientos eran inestables y poco profundos siguieron construyendo. Los últimos trabajos de ingeniería han logrado reducir la inclinación en 38 cm.
A mi hijo le interesaba mucho saber como era el tamaño de la puerta de la torre, para ver como entraron por ahí los trolls del cuento que le escribí.
En el extremo occidenal de la plaza se encuentra el baptisterio dedicado a San Juan Baptista, empezó a construirse en 1151 en estilo románico y se terminó un siglo después por ello para su parte alta final se adoptó el estilo gótico más ornamentado.
La plaza está llena de gente, hay una legión de autobuses que paran un rato, la gente se baja hace la foto de rigor al lado de la torre y se marchan hacia otro lugar. Pocos de los turistas que visitan la plaza pernoctan en la ciudad. Todo está lleno de gente, es curioso porque todo el mundo se hace fotos para conseguir el efecto de estar empujando la torre o estar apoyado sobre ella. Nosotros por supuesto hicimos el tonto un rato con todas las posturitas imaginables ante la torre y nos sentamos un rato en las escalinatas a observar las posturas de los demás al puro estilo Michael Jackson en Thriller.
Tras un rato por la zona dimos un paseo por la ciudad, con sus ventanas verdes con postigos, parecía que estábamos en los cincuenta paseando por una ciudad de película italiana. Nos paramos en un restaurante de la calle y tomamos nuestras primeras cervezas italianas con embutidos del lugar y echamos unas risas.
Al volver a la plaza se estaba haciendo de noche y no tenía nada que ver con la plaza que habíamos visto un rato antes, todo estaba tranquilo, muy pocas personas paseaban por el lugar y la magia del lugar era mucho mayor.
Para cenar llevaba anotada por varias recomendaciones en diarios el restaurante La Taverna di Emma, pero nuestro fallo fue no hacer reserva previa, al pasarnos estaba todo ocupado y no nos daban mesa hasta más de una hora después. Nos pareció mucho tiempo para esperar a cenar con los peques, así que entramos en el primer restaurante típico para turistas que rodean la torre, ni siquiera lo pongo por aquí porque no fue gran cosa.
Al día siguiente desayunamos en el hotel, el café muy bueno y el servicio excelente. Tras el desayuno sucedió todo la película que antes os conté con el coche de alquiler. Pero todo se solucionó bien y a media mañana estábamos rumbo a la cercana Lucca donde alquilamos unas bicicletas para conocer la ciudad, fue muy divertido, los peques lo pasaron genial, pero esto os lo contaré en el siguiente post.
Aquí os dejo el plan de nuestro viaje y el directorio de todas los post escritos sobre este viaje "La Toscana en primavera con niños".
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