Como siempre hago, antes de visitar Bulgaria (en este enlace están nuestros post sobre la visita al país con niños) quería escribir uno de mis cuentos a mis hijos para atraer su atención hacia el país que conoceríamos. Mis hijos son muy pequeños 4 y 2 años, por lo que los cuentos deben de ser sencillos y con mensajes claros. No sabía con qué relacionarles Bulgaria para llamar su atención, pero me di cuenta que al ponerme con los niños delante del atlas con el mapa de Bulgaria (les encanta el atlas infantil), lo que más llamó la atención de mi hijo mayor fueron 3 cosas: que Bulgaria está al lado de Rumanía (una amiguita de clase le cuenta muchas historias sobre Rumanía porque su papá es rumano y pasan agosto allí), que la frontera entre los dos países era un río, el Danubio (madre mía que guay pisar en una orilla un país y en la otra otro je je) y que Bulgaria estaba bañada por un mar llamado Negro (su pregunta "¿mamá porqué era negro, estaba muy sucio?").
Aquí también tenéis nuestros post sobre el viaje a Rumanía con niños.
Como veis seguimos el trazado del viaje de los personajes en nuestro atlas infantil, Mi primer atlas Larousse, que podrás conseguir en amazon:
Con esta mezcla de cosas y que se aproximaba Halloween, me salió este cuento que espero os guste.
Cuento:
"Erase una vez un hombre llamado Drácula, Conde Drácula, que vivía en un castillo enorme en lo alto de los Montes Cárpatos, estos montes son unas montañas muy altas que están en Rumanía, un país muy lejano que también está en Europa como el nuestro. Las montañas eran muy bonitas, había muchos osos pardos, linces, lobos y jabalíes.El lugar era precioso, pero este hombre estaba solo.
Vivía solo en su enorme castillo porque era un poco molestón, le gustaba jugar a asustar a la gente de los pueblecitos de al lado, le gustaba mucho dar bocados y ya sabemos que a la gente no le gusta que las muerdan (muerden los bebés que no saben lo que hacen, pero ya más mayor no se puede morder). En fin, que la gente estaba muy cansada de él porque era muy pesado y un molestón; así que nadie quería saludarlo y le daban de lado cuando pasaban a su lado. Drácula en realidad era bueno, él no quería hacer daño, pero como a él le gustaba morder y asustar, pensaba que para los demás también era divertido y no se daba cuenta de que molestaba.
El pobre estaba muy triste porque vivía solo en un castillo grande, oscuro y frío y nadie le hablaba. Los únicos amigos que tenía eran los murciélagos. Porque como a los murciélagos, aunque son buenos, les gusta también morder y vivir en sitios oscuros; pues con Dracula en su castillo se sentían muy bien.
Un día que los amigos murciélagos vieron a Dracula muy triste, pensaron que tenían que hacer algo, que tenían que intentar ayudar a Drácula, convencerlo de que no debía morder, asustar y molestar a los demás y que si hacía esto podría tener muchos amigos. Pero claro ¿los murciélagos hablan? ¡No! Entonces no podían hablar con Drácula para hacerlo entender que no molestase. Un día se enteraron que vivía una mujer llamada Sofía en el país de al lado, en Bulgaria, era una diosa muy fuerte amiga de los animales, que podía entender todos los idiomas de los animales. Así que pensaron que era una idea estupenda ir a visitar a Sofía, explicarle lo que le pasaba a Drácula (ya que ella entendía a los murciélagos) y que Sofía hablase con Drácula y le hiciese entender que no podía seguir molestando.
Los murciélagos se pusieron en camino para ir a ver a Sofía, sobrevolaron los Montes Cárpatos, sobrevolaron el Danubio (uno de los ríos más largos de Europa), allí se despistaron un poco y llegaron hasta la desembocadura del río en el Mar Negro (un mar que se llamaba así porque había nubes muy negras con muchas tormentas). Así que volvieron para atrás, hasta llegar a Bulgaria, como estaban un poco despistados y no sabían en qué ciudad vivía Sofía, los murciélagos fueron a buscar a unos amigos suyos búlgaros para preguntarles. Estos amigos eran también murciélagos y vivían en una cueva en las montañas de Bulgaria junto a un monasterio llamado Monasterio de Rila.
Sus amigos les dijeron donde vivía Sofía y se pusieron a volar camino de la casa de ésta. Sofía era una mujer alta, guapa y que adoraba a los animales nocturnos (vivía con un precioso búho), así que cuando vio a los murciélagos se puso muy contenta. Los entendió perfectamente, comprendió el problema y decidió ayudarlos. Sofía tomó su coche y se plantó en el castillo de Drácula en los Montes Cárpatos.
Drácula al ver a Sofía se puso muy contento porque alguien hubiese ido a visitarlo, invitó a Sofía a tomar un cafelito en su salón y allí los dos hablaron durante mucho rato. Sofía le explicó todo, le dijo que no debía morder y molestar más porque a la gente no les parecía divertido y que debía ser amable con las personas para tener amigos. Al día siguiente Drácula bajó al pueblo e hizo todo lo que le dijo Sofía, no mordió, no empujo, pidió las cosas "por favor", dio las "gracias" por todo.... y se dio cuenta que de esta forma la gente le sonreía y así pudo conseguir muchos amigos.
Tantos amigos consiguió que ya nunca más estuvo solo y en la noche de Halloween se disfrazaba con sus amigos (de bruja, momia, monstruo, murciélago...) y salían a la calle a pedir caramelos.
Foto de www.ratitapresumida.com |
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado".
Como veis he intentado dar valor a varios conceptos, por un lado intentar que crezca su ilusión por ir a Bulgaria, incorporar al cuento algo de geografía (países, montañas, ríos y mares), algo de reconocimiento de monumentos (estatua de Sofía que se encuentra en la capital búlgara y el Monasterio de Rila). He intenta fomentar conceptos de no pegar, morder... (es mi lucha diaria, tengo otro peque de 21 meses y ambos hermanos se están dando caña todo el día) e intentar quitar un poco de miedo al concepto Halloween (a mi hijo le encanta hablar de brujas, monstruos... pero aún es pequeño, no entiende bien y algunas cosas le generan miedo).
Y aquí os dejo la canción de Clan que estos días flípa a mis hijos "Let´s go to Halloween"
Me ha encantado el cuento, se lo voy a leer esta noche a mi hija mayor, seguro que también le gusta! Y el tema es muy apropiado para estas fechas, pero sin meter miedo que es lo ideal para estas edades. :)
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y por todos tus fantásticos relatos sobre tu país adoptivo que tan bien me están viniendo para preparar nuestro viaje a Bulgaria. Un abrazo!
EliminarQué bueno el cuento! Me ha encantado la idea de reforzar ciertas cosas como lo de no morder o pegar. Yo con la mía no tengo problemas, pero hay muchos críos que sí que dan problemas con eso. También me parece ideal para celebrar Halloween sin miedo! jejeje
ResponderEliminarGracias M Carmen. No sé si será el cromosoma Y, porque las niñas siempre las observo más tranquilas, pero mis dos hijos no paran de darse caña uno al otro, parece que necesitan empujarse, tirarse encima uno de otro...lo hacen jugando pero lleva un momento que se pasan y alguno termina llorando. Por ello es mi caballo de batalla diario, que hay que jugar sin hacerse daño, ni molestarse, por eso le doy importancia a eso en el cuento. Además mi hijo no paraba el otro día día de preguntarme quien era Drácula y si era malo; yo no sabía que contarle porque no quería que le diera miedo, así que se me ocurrió esto y así además aumentaba su interés por la geografía. Muchas gracias por tu comentario. Un beso!
EliminarComo siempre tan imaginativa e ingeniosa para inculcar a los niños valores y la pasión por viajar. Enhorabuena!!
ResponderEliminarMuchas gracias Caliope!!! Un beso
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