Confesiones de una mamá blogger ¿Ser blogger de viajes es siempre positivo?

Para mi seguir actualizando esta página es un enchufe de energía, una pequeña ilusión que me evade de la cotidianidad del día a día, de correr para llegar a tiempo a las extraescolares, de pensar que voy a hacer para la cena, de los problemas o la responsabilidad que entraña mi puesto de trabajo o de intentar constantemente instaurar la paz entre peleas de hermanos...Simplemente escribir aquí es hacer algo que me gusta, un soplo de aire fresco que tiene mucho de positivo, pero mentiría si dijese que no hay elementos negativos que enturbian a veces esta felicidad blogger efímera.

No soy escritora, ni periodista, es más, muchas veces me cuesta estructurar las frases gramaticalmente y cometo faltas de ortografía. Pero me apasiona escribir y contar historias desde que tengo uso de razón. Tampoco soy profesional del tema, no he estudiado nada relativo al turismo, ni tan siquiera he tenido sed de viajes desde mi más tierna infancia. El amor por los viajes me llegó más tarde, no era una pequeña Indiana Jones que soñaba con mapas y aventuras sentada en el pupitre del colegio. Por el contrario, por circunstancias he cambiado muchas veces de residencia desde que era una niña y, os parecerá curioso, pero una de las cosas que, no diré envidio, porque envidiar es feo, pero que sí observo con melancolía, es a las personas que siempre han vivido en el mismo lugar conservando sus amistades y compartiendo vivencias con amigos desde la escuela primaria. Por tanto, un blog personal es eso, personal.

Lo positivo de tener un blog de viajes en familia, a parte del hobby que puede suponer escribirlo y la satisfacción de recibir bonitos mensajes de agradecimiento por la ayuda a otros viajeros, es el testimonio perpetuo que supone para nosotros. Parte de las cosas que no se escriben acaban cayendo en el olvido y gracias a estos artículos que disfruto escribiendo, nuestras aventuras quedarán siempre plasmadas para nuestro recuerdo y sobre todo para el de nuestros hijos. Nos parece una bonita herencia en palabras.

Lo negativo, el oscuro mundo de las redes sociales donde muchos blogger entran con el  "aquí vale todo" para conseguir visitas y seguidores. Los viajes son experiencias únicas que se disfrutan tanto planificándolas, como viviéndolas y, además, con niños es un tema más delicado. Así que cuestiones como uso de fotos indiscriminado con niños para ganar seguidores o los pactos entre bloggers y empresas para escribir artículos sobre experiencias pactadas no dejan de sorprenderme. No estoy en desacuerdo con las colaboraciones, pero me parece un engaño al lector que en muchos de estos post no se especifique ni siquiera que se trate de colaboraciones, los escritos así, bajo mi punto de vista, pierden toda credibilidad. Me alucinan blogs con miles de seguidores y temática "viajar con niños", que caen en estos trucos, ganan incluso premios y en algunos casos sus protagonistas han hecho escasamente uno o dos viajes con sus hijos. Soy muy ingenua en cuanto a redes sociales se refiere, pero cada vez que leo conversaciones entre otros blogger sobre palabras que hasta tengo que buscar en google para entender (como competencia para participar en blogtrip o acusaciones de compra de seguidores) me entran ganas de borrarme de este mundillo.

Ser mamá, trabajadora y blogger es difícil de compatibilizar, pero hasta la fecha lo positivo ha superado a lo negativo, disfruto escribiendo y vuestros mensajes son el motor para seguir haciéndolo. Así que continuaré con mis artículos este nuevo año que entra, aunque tenga que sacrificar pequeños momentos míos (nunca momentos con mis hijos) como ponerme la crema facial antes de dormir o ver alguna serie nueva y espero que estéis ahí para seguirnos en nuestras aventuras. Os deseo un feliz 2017 lleno de salud y viajes.