Fotografía aérea de Héctor Garrido
Las peculiares fotos aéreas que Héctor Garrido, fotógrafo de la Estación Biológica de Doñana, realizó durante veinte años para censar aves del Parque, inspiraron a Alberto Rodríguez y descubrieron al mundo este peculiar paisaje. Hoy os quiero llevar de la mano por nuestro interesante paseo por la zona para descubrir un poco mejor este singular terreno de características inusuales.
Las Marismas del Guadalquivir formar un peculiar ecosistema en la parte final de la desembocadura del río, donde el cauce se abre en un enorme estuario arrastrando sedimentos y formando brazos, barrizales, ensenadas e islotes de tierra entre dichas prolongaciones.
Pequeña arteria de río modificada por el hombre
Hasta hace no demasiados años estas tierras eran lugares inhóspitos, sin cultivos y eran solo los animales los que hacían de ellas su hogar. Pero a principios del siglo XX, se colonizaron, se vislumbró el potencial económico de ellas para el cultivo de arroz y la labor titánica del hombre durante décadas creando canales, sistemas de regadío e inunde, transformaría para siempre la fisonomía de estos parajes, convirtiéndolos en lo que es hoy, el mayor arrozal de Europa.
Plantas de arroz secas y arrozales esperando ser cultivados dentro de unas semanas
Estos miles de metros cuadrados de arrozal (gran parte del margen derecho del estuario del Guadalquivir) y las poblaciones de antiguos colonos que la forman, tienen una historia curiosa, incluso a veces oscura, que ha fomentado que estas tierras, de por sí solitarias e inaccesibles, sean aun más desconocidas al mundo.
A principios del siglo XX se intentaría llevar a cabo el sueño de crear un inmenso arrozal, se empezó a trabajar para crear toda la infraestructura, una empresa británica tomaría el mando del proyecto, por ello hoy se pueden visitar en la zona las casas de los ingleses que vinieron a llevar a cabo dicha empresa, pero los esfuerzos no dieron muchos frutos, eso sí, se crearon infraestructuras (canales, carreteras, estaciones de bombeo...) inéditos en Andalucía hasta la fecha. La Guerra Civil impulsó definitivamente el cultivo del arroz aquí, ya que era el único arrozal español en manos franquistas (la Albufera de Valencia y el Delta del Ebro eran tierras republicanas) y, el general Queipo de Llano, fomentó el cultivo de nuevo para abastecer a su bando durante la contienda. Tras la guerra, empieza su etapa más oscura, numerosos presos políticos llegarían a la zona, junto con colonos de muchos lugares de la geografía española a lo largo de las décadas, para trabajar estas tierras bajo condiciones en ocasiones de semiesclavitud y bajo la sombra del caciquismo, escondiendo secretos e historias negras como las que refleja Alberto Rodriguez en su película. Desde Valencia se trasladaría personal experto para ayudar a gestionar el negocio. Hoy día, estos pueblos pertenecen a una comarca agrícola con una producción próspera, con una cosecha de más de 300.000 hectáreas, la mitad de toda la producción de arroz española.
Los brazos principales en los que se abre el río en esta zona son, el Brazo del Este y el Brazo de la Torre, conformándose entre estos tres cauces unas trozos de tierra denominadas islas, la Isla Mayor y la Isla Menor. A esta última la vuelve a cortar un brazo artificial más pequeño, la Cota de los Jerónimos, creando una ínsula conocida como la Isla Mínima, zona donde transcurre gran parte argumental de la película que hoy tratamos.
El paseo hacia los arrozales para conocer esta zona y los lugares donde se rodó la película nos llevan hacia La Puebla del Río, el primer municipio de la zona llegando desde Sevilla. Allí podréis visitar el Embarcadero, el lugar donde el barquero y padre las niñas (el estupendo actor andaluz Antonio de la Torre) vivía con su familia. Pasando el pueblo, hacia la derecha, ya nos adentramos en un único terreno, el arrozal perpetuo, mires hacia donde mires ya la vista se te pierde en fango hacia la lejanía. Es un paisaje muy cambiante según la estación del año, que pasa del verde manto cultivado de arroz, a la polvorienta estación seca y al enfangado invierno inundado.
La población más grande dentro el arrozal es Isla Mayor, antiguo poblado de colonos que ha crecido mucho hasta hacerse municipio gracias a la industria arrocera. Muy curioso de visitar son las pequeñas poblaciones de los colonos, en la película aparece en fiestas un poblado a la llegada de los policías, recreada la escena en el Poblado de Cotemsa. Todos los pueblos de colonos de la zona son muy similares, casitas bajas y con una pequeña iglesia como marcaban los cánones de construcción de la época. Nosotros nos decantamos por conocer el Poblado de Alfonso XIII, llamado así por ser el puesto avanzado de las batidas de caza del monarca en las marismas. El rey junto con su compañero de caza el Príncipe de Gales, pusieron la primera piedra de la iglesia del poblado, la Iglesia del Carmen. Nos pareció curioso que uno de los polígonos industriales arroceros de Isla Mayor se llamase "Príncipe de Gales". He leído que el campanario de la iglesia del Poblado de Alfonso XIII tiene cierta similitud con La Giralda, yo no se la veo.
Una vez visitado el poblado nos dirigimos hacia el pueblo de Isla Mayor. Casi todas las escenas de arrozales de la película están rodadas entorno a esta población. Allí decidimos adentrarnos en los intrincados caminos entre arrozales.
Decidimos ir a visitar la Playa de los Morenos, donde tienen lugar las secuencias de persecución al final de la película, pero nos perdimos entre la inmensidad de cruces de caminos de tierra y la intersección de canales sin fin. No nos importó, el paisaje hacía que nos parásemos cada dos por tres a contemplar detalles interesantes.
El día estaba lluvioso, el barro impedía la circulación de nuestros coches e incluso la lluvia, si se intensificaba, hacía peligrar nuestro deambular, pero ese paisaje tan distinto nos hacía continuar. En la ficción hay escenas de la película donde los protagonistas circulan por estos mismos caminos, entre juncos, rodeados de pájaros, es así también en la realidad, a esta zona se la declara como de interés ornitológico y sus especies están protegidas. Al ruido de nuestros vehículos, los pájaros espantados volaban hacia otra dirección.
Nosotros nos paramos durante la jornada varias veces para ver patos, grullas, cigüeñas, flamencos y un montón de aves más que no sabemos catalogar. Incluso un zorro salió a saludarnos y nos miró curioso desde su escondrijo. La pesca del cangrejo rojo en la marisma es la otra fuente de ingresos de la zona, esta especie traída de USA en los sesenta, invadió el ecosistema y desplazó al cangrejo de río ibérico. Como nuestra visita ha sido en invierno, no hay cangrejos aun en las tierras inundadas, pero nuestros hijos jugaban a encontrar los restos de su estructura entre los terrones de tierra.
La amenaza de lluvia más intensa y los caminos embarrados con canales a los lados nos impidieron adentrarnos un poco más lejos hasta la Isla Mínima, actualmente un cortijo que se dedica a celebraciones y hotel rural.
Imagen de la web del Cortijo
Nos decidimos por almorzar en Isla Mayor, reservamos en el Restaurante "El Tejao", uno de los puntos de encuentro del equipo durante el rodaje de la película. ¿Las recomendaciones de la zona? Por supuesto el arroz, que lo hacen con carne de pato de las marismas o con camarones y cangrejos de río, nosotros nos decantamos por el arroz con pato.
Como entrante otro típico de la zona, los albures, pescados del río Guadalquivir. Ambos platos muy ricos y muy recomendables.
Isla Mayor es una de las puertas de entrada al Parque Nacional de Doñana , así que desde allí se divisan las otras marismas, las protegidas, las que no están alteradas por la mano del hombre, las Marismas de Doñana, a las que saludamos efusivamente en la foto.
Para terminar la visita nos dirigimos al Centro de Visitantes José Antonio Valverde para la observación de aves en Doñana. Desde sus puestos camuflados observamos flamencos rosas y otros tipos de aves.
Aquí termina nuestro paseo por los arrozales de las Marismas del Guadalquivir, espero haberos descubierto algún secreto sobre estas desconocidas tierras andaluzas y haberos despertado la curiosidad por conocerlas.
Holaaa! Como muchas veces parece q estamos conectadas;) ayer justo fuimos a La Puebla a comer (con toooda la familia) con la misma intencion de ver despues los arrozales y mostrarselos a los niños.Finalmente no nos acercamos a verlos pq empezo a llover fuerte pero es un excursion que espero retomar pronto. Me ha parecido muy interesante la entrada y genial que compartas, ademas de vuestros viajes, las escapadas cercanas!! Yo la proxima que tengo en mente es ir al zoo de Ayamonte (pequeño y gratuito) y cruzar a portugal en barquito.un abrazo!
ResponderEliminarMe pareció un lugar muy interesante que poca gente conoce, por ello me decidí a escribir sobre él. En los viajes vamos a lugares que después obviamos cuando los tenemos al lado. Hace poco hablaba con amigos que habían estado en los arrozales de Vietnam y no conocían de la exisyencia de estos y la verdad es que es un lugar que merece mucho la pena y la cercanía con Doñana es un plus. Muy buenas ideas en mente!!Nosotros ya tenemos algunas en mente que pronto contaré por aquí ;-)
ResponderEliminarDesde que vi la película tengo mucha curiosidad por conocer esa zona tan desconocida; espero ponerle remedio pronto. Interesante entrada. Un besote!!!
ResponderEliminarGracias Caliope. Es un lugar diferente os animo a conocerlo.
EliminarQué curioso lo del arrozal!! La verdad es que no tenía ni idea de que estuviera en Andalucía el mayor arrozal de España! Siempre había creído que estaba en la Albufera de Valencia. Y no he visto la peli, pero sí el trailer, y sentí mucha curiosidad por saber dónde estaba la zona.
ResponderEliminarEs un lugar poco conocido y merece la pena. Te recomiendo la película, es una de las mejores películas del género que he visto, con poco que envidiar a las americanas
EliminarNosotros la zona la conocimos antes de ser rodada la película y nos gustó mucho. Son paisajes muy diferentes a los que nos rodean a diario.Imagino que los niños disfrutaron mucho.
ResponderEliminarSí lo pasamos muy bien Myriam! Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEl excelente post sobre los escenarios de "La Isla Mínima" inspira a descubrir paisajes fascinantes. ¡Qué mejor manera de hacerlo que visitando las albuferas de Valencia en un paseo en barca, recorriendo los tranquilos canales de este paraje natural!
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